domingo, 23 de octubre de 2016

De corazones y fresas














Las fresas son corazones
me dices, y yo las veo
con su rojo intenso 
como nuestra pasión.
El amor nace en cada latido
me dices, y yo oigo el tam-tam 
que golpea mi pecho
llenando mis venas de tu calor.
El amor no ocupa lugar
me dices, y entonces 
me veo infinita.
En mí cabe todo:
las risas, los besos,
las flores del jardín,
los sueños prendidos en mi pelo.

El amor sabe a fruta nueva
cada mañana en mi alcoba, 
allí donde quedan las caricias,
y los tequieros al amanecer,
enredados en nuestros deseos.
Entonces te digo que
los corazones parecen fresas,
y que el infinito es pequeño
para que quepa tanto amor.

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