martes, 26 de febrero de 2013

No es sí



Y allí estaba yo en mitad de un sueño que no era el mío. Sentía cuerdas invisibles que me movían y me llevaban de un sitio para otro sin preguntar. Un deseo irrefrenable me corroía por dentro cuando, al pasar ante mí algo que realmente me apetecía hacer, notaba un tirón que me apartaba el bocado de los labios. Yo me decía que no era el momento, que el guión no hacía concesiones o que no me podía salir del papel. 

Ser el sueño de otro era una tortura. Me decían que así era todo más sencillo porque no había que pensar ni tomar decisiones. Continuamente salían de mi boca síes que se me atragantaban y formaban un nudo imposible de deshacer. Me sentía como esa niña a la que sus padres le hacían repetir una y otra vez la misma monería ante cualquiera para que vieran lo lista que era. "No importa que no te apetezca, decían, tú eres una niña buena y como tal has de actuar". Y actuaba, claro que actuaba. Estaba a punto de ganar un Óscar por toda una carrera dedicada a la interpretación cuando, de repente, dije NO por primera vez. Un NO rotundo de esos que cuesta pronunciar y en los que no cabe la menor duda. Aquel día, sin saber cómo, oí por fin mi voz y me gustó. Tuve que pronunciar un NO para decirme SÍ.


Imagen: Desconozco el autor de la foto.