jueves, 10 de mayo de 2012

Imanes

Imanes en plena acción

Sus abrazos sabían a despedida. Había algo entre ellos contrario a la magia de los imanes porque incomprensiblemente casi siempre se repelían. Nunca pensaron que tal vez sólo se habían compartido desde los polos del mismo signo, el negativo. La física de la atracción otra vez llevaba las de ganar aunque no lo supieran. Era lógico que, a más negativo por ambos lados, la historia hiciera aguas. Entre manoteos infructuosos la buscaba en la niebla sin saber que ella era llevada por la corriente magnética a la deriva. Así uno no podía ser la tabla de salvación del otro. Se movían en bucle de manera desacompasada al ritmo de un “Te hundes tú, me alejo yo” seguido a veces de “No sé qué hacer, por favor, déjame hundirme contigo”

Un buen final para un mal principio. Pero desgraciadamente continuará...

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