domingo, 22 de marzo de 2015

Olores

Atardecer murciano este invierno

Retoco de colores mi cielo.
Mullo la almohada de los sueños
que me acompaña desde niña,
pero antes,
subo al tejado morado del atardecer,
y dirijo la antena directa al corazón.

Hace frío en esta buhardilla quejumbrosa
donde encontré punto de amarre.
Oigo, desde el balcón,
una sirena hueca que,
mezclada con el eco de voces antiguas,
presagia con urgencia
una nueva travesía.

De vez en cuando,
reaparecen las dudas en el oleaje
que me arrulla con su mar de fondo.
Ola tras ola me dejo llevar
por la ingravidez de mi cuerpo en el agua.

Cuando me alejo de la orilla
veo que ante mí no hay nada
pero huele a todo:
A pan recién horneado, a ilusiones doradas,
a jabón en los cajones y miradas serenas,
al reflejo de mi cuerpo nacarado
dibujado por el alba.

jueves, 19 de marzo de 2015

Musique


Cuando escucho la banda sonora de Cinema Paradiso se me alegra el alma, con una paz que me hace sonreír por dentro y por fuera desde los primeros compases. Esto me lleva a pensar que la música crea pequeños recipientes donde se guardan las emociones en conserva. Allí se quedan esperando a que le des al play para dejar salir su perfume, igual y diferente cada vez. A veces la nostalgia se convierte en alegría por la nostalgia, el amor es ahora recuerdo, las palabras son caricias, tus ojos son besos e incluso cada persona amada a lo largo del tiempo...
 
Me pregunto a menudo si el compositor era consciente de la belleza que creaba y de las almas que iba a acariciar. Un momento creativo así debe ser mágico. Esas primeras notas que surgen de repente unas detrás de otras, pariendo una sencilla y pequeña melodía que te tintinea en la cabeza. Su posterior crianza hasta que se va sola por esos mundos de dios a conmover a millones de personas que, al igual que yo, se creen únicas cuando la escuchan. Y por último, saber que esa criaturita es inmortal y atemporal como los sentimientos.

Yo me dejo llevar por la música que en algunas ocasiones me es tan necesaria como respirar. Entonces, abro la carta de las emociones y destapo un tarro con el sabor de mi momento: ternura, amor, rabia, saudade... hasta saciarme. Compartir la música no es otra cosa que compartirse a uno mismo y querer estar más cerca del otro. ¿Cenamos juntos?

NOTA: Se lo dedico a todos lo que han compartido música conmigo porque de alguna manera me han mostrado que les importo.

Cada melodía, cuando es ya adulta, puede pasar a gestar también otros seres, criaturas, sueños... En este caso acabo de dar a luz a una entrada de Ennio Morricone. ;-) BdB

domingo, 1 de marzo de 2015

Incapacidades

"No valoras lo que tienes hasta que lo pierdes", es una frase que siempre me ha fastidiado mucho...
Cuando la dicen me pregunto qué es lo que me estaré perdiendo. Lo busco desesperada y olfateo a mi alrededor para encontrar alguna pista. ¿Sería más feliz si me diera cuenta de lo que soy incapaz de ver?