jueves, 19 de mayo de 2011

Lila

Microrrelato

Quien me conoce personalmente sabe de sobra que tengo debilidad por el color lila. De repente, desde hace unos años, todo aquello que es de este tono me atrae y no lo puedo ni quiero evitar. Hoy, en primicia, os voy a contar el verdadero motivo que me hizo ser de la liga de las mujeres “lilas”. Sí, porque entre nosotras nos reconocemos y nos sale espontáneamente llamarnos así ya que hay un hilo invisible que nos une.

Todo sucedió una tarde de invierno en la cola de un cine de barrio, de ésos que ya no quedan. Sentí unos golpecitos en la mano derecha tan ligeros que, hasta que no se repitieron varias veces, no me hicieron reaccionar. Al principio, al mirar hacia abajo no había nada que los hubiera podido provocar, pero me llamó la atención un haz de luz lila que se proyectaba en el centro de mi mano. Era como esos puntos que lucen en la frente las gentes de la India. Resultaba curioso que, aunque movía la mano, el rayo permanecía en el mismo sitio, me perseguía. Pensé que se trataba de una broma, que alguien quería reírse a mi costa. Sacudí entonces infructuosamente la mano, como quien no quiere la cosa, para espantar aquel lunar violáceo, imborrable como un tatuaje. No sabía qué pensar ni qué hacer así que me puse los guantes para intentar romper el conjuro y que la luz no pudiera atravesar el tejido, aunque yo presentía que seguiría allí pues una sensación extraña me permitía localizarlo incluso a ciegas. 

Pasaban los días y yo escondía mi mano derecha de todas las miradas, algo que por cierto, al ser zurda, no me resultaba muy complicado. Su presencia era para mí un estigma al creer que me convertía en alguien diferente y raro. Pero, poco a poco, me acostumbré a mirarlo a escondidas porque poseía un magnetismo que lo hacía irresistible e incluso me gustaban las sensaciones que me transmitía. Cuando en una tarde de confidencias me atreví a mostrárselo a mi mejor amigo, me sorprendió que, en lugar de reírse o burlarse como yo esperaba, me dijera sonriendo: "Todos sabíamos de la existencia de esta luz lila pero, hasta ahora, tú eras la única incapaz de percibirla. Ha hecho siempre de ti un ser muy especial porque, aunque tú no la vieras, formaba parte de tu encanto personal". Mi luz era lila pero me han dicho que las hay de todos los colores, así que ya sabes, cuando descubras la tuya o si ya lo has hecho, no te avergüences y compártela con los demás.

1 comentario:

  1. Qué así sea!! te mando lindos besos y nos vemos en breve, gracias por compartir tu hermosa luz lilácea, N.

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