domingo, 16 de octubre de 2011

Curiosidad

Como suelo hacer antes de dormir, anoche, después de publicar la entrada anterior, me tomé el somnífero que mejor que funciona: leer justo hasta que se me cierren los ojos. Lo chocante del caso es que ha sido esta mañana cuando me he dado cuenta de la conexión entre lo que había escrito y lo que leí después. Pongo una cita para aclarar la coincidencia:  

"...las señales van de los músculos (de la cara) al cerebro y no al contrario que es lo más habitual. Los efectos benéficos de las expresiones faciales en el ánimo de una persona son una de las razones de que, por ejemplo, a las telefonistas se les enseñe a sonreír cuando trabajan, aunque le persona que esté al otro lado de la línea no pueda verlos. Este teoría también explica por qué cuando te han roto el corazón, sonreír ayuda."  

"Conectados" de N. A. Chirstakis y J. H. Fowler, páginas 51-52.

Un poco de gimnasia facial mañanera no le viene mal a nadie, como bien hace la protagonista de la entrada anterior. Si, además, a lo largo del día sonreímos a los que nos rodean, veremos que se produce un efecto contagioso, agradable y muy pero que muy barato. ;)

1 comentario:

  1. ¿Escribir muchos smileys tiene el mismo efecto que sonreír? =) :) :-) ;) :D :-D B-)O:-)

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