Microrrelato
Son cosas que pasan, paciencia, me decían para consolarme. Yo asentía como una niña buena pero no estaba en absoluto de acuerdo porque lo que me había ocurrido a mí no le pasaba a todo el mundo. La llegada de mi hijo pequeño con esos problemas tan serios no me dejaba dormir, ni serenarme y menos aún lo iban a hacer unas frases estereotipadas cualesquiera. Me di cuenta de que no sabían lo que decirme y, en lugar del silencio, preferían darme una palmadita en la espalda para calmar sus conciencias. Seguro que vernos por la calle paseando a Julián levantaba muchos comentarios de este tipo y yo pasé, sin darme cuenta, de la rabia ante cualquier comentario a una sonrisa amorosa que me demostraba a mí misma que ya lo había asumido.
Los días pasaban y la situación crítica se convirtió en lo habitual, en una nueva forma de vida: mi vida. Mi relación de pareja se fortaleció al regarla con tantas lágrimas y pasamos de ser amantes a enfermeros 24 horas, en un turno que no tenía nunca relevo mental aunque durmiera. Cuando lograba que los suspiros después del llanto me dejaran pronunciar alguna palabra, entonces éstas, replegadas por el aluvión de pensamientos negativos, se callaban para no decir lo que sentía. No servía de nada remar contracorriente para escapar, ni esconder la cabeza como una avestruz. Había llegado el momento de mirar hacia delante y ver la realidad sin esos típicos filtros rosados que tanto engañaban desde pequeño.
Al principio, imaginaba que estaba en un sueño y me pellizcaba para salir de la pesadilla de una vez por todas. Ahora que estoy al lado de mi niño mientras escribo estos pensamientos sé que, cuando abra los ojos y me sonría, entonces y sólo entonces, estaré realmente despierta.
Son cosas que pasan, paciencia, me decían para consolarme. Yo asentía como una niña buena pero no estaba en absoluto de acuerdo porque lo que me había ocurrido a mí no le pasaba a todo el mundo. La llegada de mi hijo pequeño con esos problemas tan serios no me dejaba dormir, ni serenarme y menos aún lo iban a hacer unas frases estereotipadas cualesquiera. Me di cuenta de que no sabían lo que decirme y, en lugar del silencio, preferían darme una palmadita en la espalda para calmar sus conciencias. Seguro que vernos por la calle paseando a Julián levantaba muchos comentarios de este tipo y yo pasé, sin darme cuenta, de la rabia ante cualquier comentario a una sonrisa amorosa que me demostraba a mí misma que ya lo había asumido.
Los días pasaban y la situación crítica se convirtió en lo habitual, en una nueva forma de vida: mi vida. Mi relación de pareja se fortaleció al regarla con tantas lágrimas y pasamos de ser amantes a enfermeros 24 horas, en un turno que no tenía nunca relevo mental aunque durmiera. Cuando lograba que los suspiros después del llanto me dejaran pronunciar alguna palabra, entonces éstas, replegadas por el aluvión de pensamientos negativos, se callaban para no decir lo que sentía. No servía de nada remar contracorriente para escapar, ni esconder la cabeza como una avestruz. Había llegado el momento de mirar hacia delante y ver la realidad sin esos típicos filtros rosados que tanto engañaban desde pequeño.
Al principio, imaginaba que estaba en un sueño y me pellizcaba para salir de la pesadilla de una vez por todas. Ahora que estoy al lado de mi niño mientras escribo estos pensamientos sé que, cuando abra los ojos y me sonría, entonces y sólo entonces, estaré realmente despierta.
Imagen: Happy Pills-Despierta de Alejandro Arango http://www.flickr.com/photos/alejoarango/255383832/in/photostream/ // CC BY-NC
Bueno, sólo quiero decir que todo lo que escribo aquí es fruto de mi imaginación. Hago muchas veces homenaje a personas que pueden haber pasado por situaciones complicadas y pido disculpas si no llego a reflejar exactamente lo que sintieron. He intentado poner etiquetas a los microrrelatos pero no he tenido éxito y soy consciente de que esto puede llevar a error.
ResponderEliminarDe todas formas agradezco de todo corazón la preocupación de algunas personas que me han leído ya que, aun sin conocerme, han mostrado interés por lo que relato.
No digo que me vida sea perfecta pero afortunadamente todo funciona dentro de la normalidad (salud, trabajo, amor,...)
Un abrazo muy fuerte a todos. BdB