jueves, 9 de febrero de 2012

Xiao

Microrrelato


Desde que yo recuerdo Xiao ha estado en mi vida. Éramos vecinas y, aunque nos separaban dos años, jugábamos sin parar día tras día. La foto que aquí os muestro no sé si es real o es simplemente un recuerdo difuso que guardo en mi mente pero que refleja muy bien lo que había entre nosotras. 

Ella me llamaba "mèi mei" (hermana) y mucha gente así lo creía porque decían que incluso nos parecíamos. Xiao siempre quiso ser mayor que yo y, en los primeros años, me preguntaba casi a diario: "¿Y hoy, cuántos años tienes hoy?" supongo que con la esperanza de poder adelantarme en cualquier momento. Al principio le explicaba que el tiempo pasaba igual para las dos y que ella no podía correr más que yo porque nuestras vidas se movían en paralelo. Pero, como en su cabecita no cabía el tiempo, siguió años y años con la misma cantinela. Esta pregunta sigue siendo una broma privada entre nosotras que nos hace reír cada vez que nos volvemos a ver. Si os soy sincera, ahora, no me importaría decirle que esta vez ha corrido más y por fin me ha adelantado.

Lo que me gustaba de Xiao era su capacidad de ver la belleza. Era tan optimista que chocaba verla reírse cuando, en pleno invierno, se movía como si nada con sus pequeños pies mojados y unos coloretes rojos como manzanas. Me hacía preguntas que yo no llegaba a responder y, aunque llevo dándoles vueltas desde entonces, no sería capaz de hacerlo todavía. Mientras jugábamos al go y, siempre mientras yo pensaba mi siguiente jugada, ella soltaba de repente: ¿Mèi mei, a que todos nos estamos muriendo poco a poco? Yo, la miraba fijamente y sabía que ante esa mente tan despierta tenía perdida la partida.

El paso del tiempo hizo lo que tan bien se le da, nos separó. Nuestra calle no ha vuelto a ser la misma desde que ella ya no vive aquí. La acera en la que nos sentábamos siempre parece incompleta, tan oscura y vacía hasta en los bulliciosos sábados de mercado. Cuando podemos nos llamamos y, en algunas ocasiones se deja ver por esta aldea que no pilla de paso a ningún sitio. Mèi mei, ¿me acompañarás alguna vez a la ciudad? Yo la miro y lo único que se me ocurre como respuesta es: ¡Sólo cuando seas mayor que yo, Xiao!


NOTA: Normalmente escribo un relato y luego busco la imagen que lo ilustre. En esta ocasión ha sido al revés: la foto me dio ganas de escribir sobre ella. La idea de fijarme en dos niñas chinas me apetecía un montón, y así sin más acababa de encontrar el tema de mi próxima entrada al blog.

Cuando esta mañana he buscado el nombre de las protagonistas, de repente me ha venido a la cabeza la palabra Xiao tal como veis en el relato. Hasta ahí todo normal, pero, conforme la escribía, se me ha ocurrido meter ese nombre en "el rectángulo que todo lo sabe", Google, y me he llevado la siguiente sorpresa: Un/a xiao es una "Flauta vertical de bambú". Ya me ha dejado alucinada que tuviera significado, pero lo que más me ha encantado ha sido la coincidencia entre el nombre del blog, la palabra elegida al azar y el material del que estaba hecho el instrumento. ¡Después de todo sé más chino de lo que creía! 

Imagen de Spaceabstract "Times are changing fast my friend" http-//www.flickr.com/photos/spaceabstract/6752189209/in/photostream/lightbox/ CC BY

No hay comentarios:

Publicar un comentario