miércoles, 20 de julio de 2011

Semillas de nube

Microrrelato

Surtido de semillas de nube
Entrar en aquella tienda supuso toda una revelación en mi vida. No se podía comprar nada que tuviera que ver con los productos a los que estaba acostumbrada, muy al contrario. Lo más parecido que encontré fue un yogur de sueños dulces (YSD) que al probarlo resultaba algo divino. No sólo te activaba el sentido del gusto sino que además se actualizaban en ti algunos de tus mejores recuerdos oníricos. Te hablo de una selección de esos sueños que te mantienen al día siguiente de buen humor y con una sonrisita de satisfacción imborrable.
Conforme recorrías los pasillos rodeada de unos artículos tan imaginativos notabas que no se trataba de tenerlos todos pues bastaba con encontrar el que te venía bien en cada momento. Voy a enumerar algunos de los que vi para que os hagáis una idea de lo que hablo. Había entre otros cientos: semillas de nube, pan de ternura, aromas de tu infancia, crema anti-estrés, bizcocho almibarado con prímulas, ensalada de sol de invierno, roscosquillas rellenas de risa, etc. Reconozco que me gustaría recordar otros tantos nombres pero siento que mi memoria, al quedarse tan impresionada ante tal descubrimiento, fue incapaz de albergar más detalles. Desde aquí no pretendo activar la vena consumista de nadie, ni mucho menos. Simplemente me encantaría que cuando veas un rótulo que diga "Farmagia" no pienses que se trata de una errata sin más. A veces una simple letra lo cambia todo.

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