Hay noches de verano que son realmente de verano. En ellas se confabula todo para que se queden marcadas en tu piel como el sol: una brisa ligera, el aroma de crema aftersun de los que te rodean, la serenidad interior, la cercanía del mar que se huele y además se nota por las gaviotas que sobrevuelan la ciudad,.. Si todo esto lo aderezamos con la música sugerente e hipnotizante de Ludovico Einaudi al piano, la velada alcanza lo inolvidable.
Anoche actuó este compositor en Cartagena durante dos horas acompañado de su grupo de virtuosos italianos y de la sección de cuerdas de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. ¡Un lujo vamos!
Esta mañana, desde la resaca que supone un concierto que te llega, quiero simplemente compartir con vosotros la música de Einaudi, al que hace poco que he empezado a escuchar gracias al regalo de un amigo. Sus melodías me acompañan en los momentos de silencio porque no me distorsionan sino que más bien me hacen sentir en una continua y verdadera noche de verano junto al mar.
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