Recorrer las calles desiertas
acompañada de
jacarandas
diciéndote verdades
lilas
que solo ellas
saben.
Un mundo paralelo
es posible
entre hileras de
árboles
que mecen sus flores
como los cinco
lobitos.
Cosechar este (c)olor
a manos llenas
parece alcanzable
hasta que su belleza
se hace líquida
y se escapa entre
los dedos.
Queda entonces
el aroma de lo que
fue
y volverá a ser
en la próxima
estación.
Hace bueno en mi
corazón,
las jacarandas lo
saben.
Foto: BdB
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